Existen algunas preguntas básicas en una entrevista de trabajo que nos servirán para conocer mejor al candidato/a y entre ellas, desde el punto de vista de un Departamento de Recursos humanos, estas preguntas pueden ser:
¿Por qué quieres trabajar en esta empresa?
Pregunta clave, tenemos a una persona delante interesada en la oferta de trabajo que hemos publicado. Sin embargo, no conocemos su motivación, cómo o por qué se ha postulado al puesto. Esto es lo que la empresa quiere conocer.
Dime 3 virtudes y 3 defectos tuyos
De las preguntas más habituales. En realidad no se buscan las virtudes y defectos reales. Lo que deseamos ver es la elección del candidato/a y su justificación, y si esto se ajusta a la realidad. Estas cualidades nos permitirán conocer mejor cómo se ajusta la persona al puesto de trabajo, ya que si bien todos los empleos requieren unas cualidades universales, puede que tu empresa requiera de mayor precisión, de empatía o de habilidades comunicativas. Porque hay tantos candidatos/as como posibles preguntas, esta nunca falla.
¿Cómo te imaginas en X años?
Clásica pregunta resulta de vital importancia cuando se trata de confirmar la perdurabilidad del candidato/a. Puede que hayamos ojeado el currículum y comprobemos que esa persona tiene cierta facilidad para saltar de un empleo a otro en un escaso período del tiempo, lo cual puede hacer saltar las alarmas. Permite evaluar el grado de compromiso con la empresa o, también, las ambiciones personales del sujeto y si estas encajan o no con nuestros intereses.
¿Cuáles son tus expectativas salariales?
No nos engañemos. Trabajar es también una cuestión salarial que, en la gran mayoría de veces, puede resultar clave a la hora de que la contratación llegue a su término, es vital a la hora de conocer sus exigencias y expectativas, el grado de compatibilidad entre puesto y candidato/a o, incluso, plantearse la opción de negociar si ambas partes no coinciden, pero sí encuentran puntos en común considerables.
De lograr la incorporación a la empresa, ¿ qué celebrarías haber conseguido?
Una vuelta de tuerca al viejo clásico ¿por qué deberíamos contratarte? que nos permite medir y conocer las ambiciones de esa persona y los resultados esperados.
Cuidado con las PREGUNTAS TRAMPAS!!!!!
Son aquellas que formula el entrevistador/a que pretenden poner a prueba a los candidatos/as, cogerles desprevenidos, conocer cómo reaccionan ante determinadas situaciones que se les plantea.
Recogen información subjetiva que tiene más que ver con detectar anomalías y conocer otros rasgos que no figuran en el currículum, más que con las capacidades para el puesto propiamente dichas.
Sin embargo, las preguntas trampa pierden toda su utilidad cuando se conocen con antelación, cuando se utilizan tan a menudo que no implican sorpresa alguna. Es entonces cuando suponen una pérdida de tiempo para el departamento de Recursos Humanos, puesto que son fácilmente falseables.
Algunos ejemplos de PREGUNTAS TRAMPAS
Si fueras un animal, ¿cuál elegirías? Es una pregunta trampa de entrevista de trabajo extremadamente abstracta porque cada persona asocia un animal con unas características concretas. No aporta información adicional del candidato.
¿Qué te llevarías a una isla desierta?
No existe respuesta correcta o incorrecta a esta pregunta trampa de entrevista de trabajo. La cuestión no permitirá a la empresa emitir un juicio de valor objetivo sobre el empleado. Cualquier útil que escoja –como un cuchillo, una linterna, etcétera– es argumentable. Además, se trata de una pregunta muy repetida, de cuestionable originalidad.
¿Qué arraigo tienes a la ciudad?
Si el puesto de trabajo es en la misma ciudad de la entrevista, no procede realizar esta pregunta. Además, es de índole personal. En este caso, si queremos conocer cuáles son las expectativas del trabajador/a en la empresa deberíamos preguntárselo abiertamente.
Del 1 al 10, ¿ cuántos puntos me darías como entrevistador/a?
La respuesta de esta pregunta trampa de entrevista de trabajo no tendrá ninguna relevancia de cara al puesto de trabajo. Es más, supone una búsqueda de complacencia por parte del entrevistador. El candidato/a tenderá a dar una nota elevada porque quiere quedar bien. Además, en la pregunta no se solicita ninguna justificación por lo que tampoco sirve para que el candidato/a argumente su decisión.
¿Quieres tener hijos/as?
Esta pregunta, además de impertinente, es personal, por lo que el entrevistado/a no está obligado/a a responderla. Por no hablar de la posible discriminación que lleva aparejada. Da igual si la persona planea tener hijos/as o no para el correcto desempeño de cualquier actividad laboral.
¿Qué harías si te toca la lotería?
Esta pregunta típica no es de utilidad para la entrevista. Muchos reclutadores/as la realizan pensando en que así comprobarán la motivación que tiene el candidato para trabajar en su empresa. La realidad es que nadie va a decir que abandonaría su puesto por lo que la respuesta buscará agradar al entrevistador/a.
¿Cuál es tu recuerdo de infancia favorito?
Sea cual sea el recuerdo que tenga el entrevistado ocurre, de nuevo, lo mismo, no importa lo más mínimo para considerar si esa persona es válida o no.
¿Qué coche tienes?
Puede resultar de interés el hecho de si tiene carnet de conducir o coche propio, pero da igual si es un modelo u otro de vehículo.
¿Cuál es tu estilo de trabajo?
Es una pregunta muy genérica que además no se entiende. La respuesta de todos los/as entrevistados/as será que son metódicos, disciplinados/as y muy organizado/as, por lo que no tendrá ninguna utilidad. O al menos la tendencia habitual.
Cuéntame un chiste:
Si el objetivo es distender el ambiente y que el candidato se sienta más a gusto no funcionará porque generará el efecto contrario. La persona puede estresarse, ponerse más nerviosa y terminar bloqueándose.
Y para finalizar este vídeo como muestra de como puede ser una entrevista de trabajo.
¡¡¡¡MUCHA SUERTE!!!!!